Amores perros

Amores perros

Cuando viene la tristeza
se apodera de este cuerpo,
de estas manos, estos brazos tan inertes,
de cada eco de silencio,
de cada lúcida torpeza.

Cuando vuelve,
cada vez que vuela un desapego
y me pienso, y no lo niego,
cada mágica promesa rota
hace inválido el pasado
y más absurdo el futuro.

Cuando quebrada pienso
en tus lunas, tus lunares,
reconociendo que a nuestros mares,
les faltaba ese porvenir inmenso,
esa garantía imposible
del eterno, rojo carmesí.

Cuando viene, vuelve la tristeza
se apodera nuevamente
de estas manos temblorosas
de este cuerpo que nada vale,
y un manojo de recuerdos latentes
fingiendo inocuidad.