Thursday, November 22, 2007

carta de despedida (A Buenos Aires y a mi otro yo)

Necesito alejarme de todo para respirar. Hasta las voces de los más queridos (y queridas, sobre todo) son hipócritas y estoy casi ahogandome en mi naufragio de angustias. Ya lo decidí, me voy: con un par de libritos bajo el brazo ( literatura del Renacimiento para endulzarme y hacerme sonreir y reactivar el flujo de emociones positivas y curiosidades, Filosofía para pensando y dudando -o no entendiendo, contradiciéndome- seguir siendo yo, algo de Mario para aún estando lejos sentir cierta nostalgia de casa y tenerlo allí). Pienso llevar una mochila con ropa negra para, si sucede, otorgar su merecido luto a mi angustia magna, mucho amor pero exclusivo para compartirlo con los detalles más pequeños de la vida, miedos y ansias porque bueno, me estoy yendo.., y como siempre una montaña inmensa, ineludible bola de sueños, ilusión e idealismo. Además me acompañará Ella, mi música, tan mía y tan de nadie, y la excitante posibilidad de descubrir nuevos estilos o melodías, y por último, tres cosas más: paz, soledad y un vestidito lindo para el día de mi cumple número 23.
Me siento, repleta de esperanzas y de hartazgo, y se que al volver yo no voy a encontrarte como siempre. Sin embargo esto no se siente como despedida porque me quedo con lo mejor: conmigo, como me dejaste. Me voy sola quizás para no volver, o libre para respirar Buenos Aires irónicamente lejos de aquí. No se si en mi ciudad o entre tus brazos no quedará mi alma. De todos modos ambos la ignoran. Necesito paz, recuperarme: de tanto mundo, de tus palabras, de la presión, de mi egocentrismo endemoniado.
Quisiera amar la vida tanto como de a momentos las ráfagas de viento y lluvia aún me hacen amarte. Necesito odiarte, a vos y a tu lejanía para equilibrar todo eso (si acaso fuera posible) y encontrarme queriéndote, mucho menos que ahora pero acorde con la basura del medio y la tuya que me lo piden constantemente. "Mermá todo lo que sientas, que lo genuino es peligroso". No obstante.. voy a jugarme por lo auténtico yéndome, porque a pesar de todo esto la partida tiene más que ver conmigo, que te amo a vos, a mi ciudad, al mundo, a lo nuevo y sobre todo a quien reúne todo eso y lo organiza en sustancia suficiente, un alma dulcemente perdida, enamorada, en pena (gran cliche, es cierto).
Veremos quién vuelve y si la trae o la busca.

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